martes, 15 de septiembre de 2015

La Vuelta a un corte de “Sierra”. Análisis final de la Vuelta a España 2015.





El águila imperial ibérica (Aquila adalberti) es una de las joyas de la fauna ibérica. Una joya que acostumbra a sobrevolar los altos pinares del recientemente creado Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, un ecosistema mediterráneo de alta montaña único en el mundo, dejando su sombra muchas veces en la laguna glacial de Peñalara, esa cumbre dominante en estas lides que separa ambas Castillas y ambas submesetas.

Esa es una escena no tan rara de ver desde el Alto de Cotos, entre las provincias de Madrid y Segovia. Y este iba a ser el escenario en el cual se librase la última batalla de la Vuelta a España 2015.

La etapa no era ni mucho menos la reina, pero si era la última y tenía una buena dosis de Sierra, nada menos que cuatro puertos de primera, entre ellos el ya paradigmático puerto de la Vuelta, alto de Navacerrada y un puerto de tercera con rampas duras que no puntuaba, además del repecho de meta. Un bonito diseño para ver batalla de lejos si las circunstancias eran las adecuadas, más cuando el puerto más duro del día era el tercero. 

Y así fue, el escenario era el soñado para cualquier organizador de cara a ver espectáculo. El líder, la gran revelación de la Vuelta, un ciclista gran contrarrelojista que año a año da un pasito más en generales en vueltas de una semana y que lleva todo el año avisando de que puede subir muy cerca de los mejores, no tiene equipo para la montaña y no es escalador. En frente, potentes equipos, Movistar, Katusha, incluso el Saxo,... y el más interesado, por tener a su líder a solo seis segundos, el Astana, un equipazo con hombres potentes para todo tipo de terrenos y con uno de los mejores escaladores del mundo dispuesto a ayudar, Mikel Landa.

Y si podía quedar la duda de hasta qué punto un ciclista del que no se preocuparon mucho en su enfermedad invernal, al que le negaron la posibilidad de disputar la victoria del Giro, al que le celebraron una etapa que era suya por méritos propios, que de haber estado en la misma situación en la Vuelta ya anunciaron que hubiese sido lo mismo, y con un contrato firmado ya con otro equipo, a pesar de que se tomó la libertad en Andorra de ganar una etapa a lo grande, cuando su líder venía sólo justo detrás,  tenía la suficiente motivación como para llevar su trabajo hasta el máximo de sus posibilidades. Por si alguien tenía alguna duda, lo hizo, mucho más allá de lo necesario.


La etapa salía de otro sitio enormemente patrimonial, San Lorenzo del Escorial, donde la majestuosidad y belleza de su afamado Monasterio (y palacio) renacentista  realmente imponen para cualquiera que lo haya visitado, y cuyas imágenes desde el helicóptero hablaban por si solas. Esta localidad es cuna de una de las jóvenes promesas de nuestro ciclismo, el ex corredor del Burgos Carlos Verona, ciclista homenajeado en la salida y protagonista de la fuga del día, en la que terminaría sexto. Un ciclista con el que no solo tengo contacto en redes sociales, como tantos aficionados, sino con el que he hablado en numerosas ocasiones en persona y acababa de hacerlo en el periplo burgalés de la ronda española. Siempre tan amable con todos. Un ciclista que ya mencioné en la entrada que con diferencia ha tenido más visitas en este modesto blog, la dedicada a la historia de Froome (contando la versión en inglés y en castellano, 12000 visitantes de todo el mundo hasta la fecha), por su contacto con éste en esta misma zona de Navacerrada antes de que Froome fuese tan conocido.

Verona en el Hotel en Burgos
Estábamos en la zona conocida como la Sierra, como denominan los madrileños a la parte del Sistema Central que toca ese pequeño y céntrico rincón de Castilla llamado Comunidad de Madrid. 

Se necesitaba un corte, ese que tanto buscó Aru dos días antes en la desconocida y “salvaje” Sierra de Ayllón y que no pudo conseguir. La Vuelta se jugaba en un corte, un corte de "Sierra", un corte que podía o no hacer la Sierra de Madrid.  Pero alguien debía serrar con la suficiente fuerza como para lograr ese corte, ese mínimo corte casi irrecuperable de producirse, entre Fabio Aru, el escalador de de las muecas imposibles, el ciclista perseverante y luchador, pasional, tan italiano, joven, impulsivo, amante del ciclismo, el sardo, que buscaba en ese corte encumbrarse entre los ganadores de grandes vueltas  y el holandés de rasgos latinos, de potente mentón y pobladas cejas, tranquilo, potente, inteligente aunque inexperto en estas lídes, el hombre a batir, Tom Dumoulin.

Pero Tom iba a estar solo en evitar ese corte, nadie le iba a ayudar.  Su equipo no estaba diseñado para las montañas, sino para ayudar a Degenkolb en los sprints. Solo un joven prometedor Lawson Craddock, que tampoco es un escalador puro, podía estar cerca, pero nunca demostró poder estar lo suficiente como para estar ahí cuando alguien comenzase a serrar de verdad.


Fabio Aru no estaría solo, tendría su equipo de leñadores para serrar, y entre ellos al serrador estrella, capaz de mover los pedales con esa fuerza que solo unos pocos elegidos están capacitados para hacer en la montaña, Mikel Landa, el alavés que poco antes había estado concentrado en esta misma Sierra.

Y  los leñadores lo hicieron, vaya si lo hicieron, dieron leña en el  lugar donde más adecuado y fructífero podría ser ese corte.

Viendo el perfil y teniendo en cuenta que estamos a final de vuelta y cualquier repecho pesa, había cuatro formas  principales de intentar quitar esos 6 segundos:

-  Una era esperar a ver qué pasaba en el puerto de salida, Navacerrada, quizá Movistar quisiese liarla de salida (luego se vería que Valverde no estaba sobrado) y hacer una apuesta a lo grande buscando el todo y poniendo en tal caos la carrera que  pudiese ocurrir cualquier coa. Visto esto, unirse a Movistar y dejar cuando menos a Dumoulin totalmente solo desde salida.

-  Otra opción era esperar al último puerto, un puerto  bastante tendido pero aun así un primera y que tras otros tres primeras  pudiese servir para ese deseado corte.

-  Otra más es que viendo que eran solo seis segundos tratar de controlar la carrera y que Aru en el kilómetro final en subida buscase un corte o le valiesen las bonificaciones. Aunque Dumoulin es muy bueno en finales así como se vio el día anterior en el precioso empedrado de Avila, tras una etapa de montaña la cosa podría decantarse por Aru .

Se venía subiendo varios Km antes desde Guadalix
-  Y la sin duda mejor opción, con la segunda y tercera como alternativas secundarias si esta fallaba, la de atacar con todo en el segundo paso por Morcuera, el tercer puerto puntuable del día, el más duro y en realidad el único dónde Dumoulin, que no es un escalador puro, pero sube bastante bien, podría pasarlo mal. Morcuera es ese tipo de puerto que estaba al límite, entre eso puertos en los cuales Dumoulin podría por si solo sujetar a Aru, y esos puertos largos duros, de categoría especial, en los cuales alguien como Dumoulín está en clara inferioridad ante un escalador más bien puro como Aru y un pequeño corte es casi seguro.

Pero claro, para  estas cuatro opciones era casi imprescindible tener corredores por delante, corredores que una vez hecho ese deseado corte de "Sierra" pudiesen parar y tirar para aumentar y asegurar el hueco, aunque una vez hecho ese hueco no iban a faltar aliados que quisiesen enterrar a Dumoulin para adelantar un puesto en la general, en especial Purito y su Katusha.

Y Astana, un equipo experimentado en estas lides, no iba a fallar con la estrategia. La cosa podía salir mejor o peor, pero delante supo poner a Zeits y especialmente a Luis León Sanchez, todo un lujo de hombre de equipo. Hasta este año poco había trabajado, siempre había tenido libertad para buscar etapas o liderar carreras. ¡Y bien que dio sus frutos esa libertad!. Un gran palmarés le aúpa, pero este año, como currante, ha sido clave en los éxitos de Astana tanto en el Giro, con dos miembros en el pódium, como en la victoria de la Vuelta, así como en la victoria de Taaramae en Burgos, otro del que se podría decir algo similar, así como del “dibujante” Dario Cataldo.

Uno ve el perfil, la debilidad de Giant, los peones de Astana y la cosa estaba muy clara, atacar en Morcuera a rueda de Landa, que Aru luego remate, y tener en la escapada algún rodador para hacer la parte más llana entre puertos. Y qué mejor que Luis León para ese trabajo, un hombre que sube bien, baja mejor y es de lo mejorcito que ha dado España en el llano. Y quien mejor para impulsar en su ataque a Aru y dejarselo en bandeja que Landa, ese prometer vasco que ya había dejado mucho destellos de clase pero que este año ya demostró en el Giro que puede con tres semanas si está a tope. Todo salió perfecto.

Landa hizo un corte, Dumoulin lo cerró, pero ya quedó tocado mientras Aru siempre iba a rueda, segundo acelerón de Landa, Aru le sigue con esse estilo característico que parece irse a romper en dos o destrozar la bici a pedaladas que parecen patadas. Llegó a pedir a Landa que suavizase, pero finalmente coge gas y  remata y el corte esta vez ya parece el definitivo, lo más difícil e ha hecho. Dumoulin se ha cebado en evitar ese corte y ha quedado tocado, casi sin aire al terminar la subida. En el último kilómetro todos los que iban a su rueda le pasaron. Incluso el propio Landa, que ya había hecho su trabajo y nadie le diría nada si se deja ir, decidió adelantar y ayudar en lo que quedaba de etapa a su líder. 


Solo pudo aguantar a Nieve, que en la bajada apenas podía seguir a un Tom que ahora estaba en su terreno de hombre más pesado y habilidoso y que recortó 10 segundos al grupito de Aru del que tiraba Landa, no sin antes coger aire al comienzo de la bajada y que los tuvo ahí, muy cerquita.  

Ayudado al final de la bajada por Nieve,  cuando parecía que les podía coger  llegarón Luis León y otros miembros de otros equipos interesados, y la diferencia empezó a crecer sin posibilidad de cambio. Si Luis León no aparece, me temo que Dumoulin les coge en el casi medio kilómetro de empedrado de Rascafria, un terreno ideal para ese " tulipán vestido de rojo", aunque luego Fabio, que iba a rueda, debiera tener gas para dejar otra vez a un exhausto Dumoulin.

Era el final, ya solo quedaba saber cuántos puestos podía perder, solo, abandonado a su suerte ante una jauría de perros sedientos de sangre deportiva.

No solo Dumoulin cedió, sino que Valverde, que tan buena imagen había dado unos días antes en los 39 Km de la que parecía decisiva contrarreloj de Burgos, esta vez cedía y lo hacía antes y más claramente que el líder. Sin embargo Valverde, aliado con otros, una vez Dumoulin quedo ya tocado, sólo, serrado, pudo cogerle más tarde.

Delante habría batalla. Quintana atacaría buscado el pódium, pero Majka aguantó el ataque y fue él quien de esa forma lo consiguió.

Ciclismo del bueno, del que hace afición, el de los ataques de lejos, ese que es imposible si sólo se ponen etapas con puertacos de tres kilómetros finales durísimos. Debe haber de todo, y alguna etapa dura sin final en alto en los últimos tres días se hace imprescindible.

Aunque a Unipublic le siguen cayendo palos por todos lados, y yo he criticado muchas cosas en el pasado y aún lo haré si así lo considero, cuando hay progreso hay que reconocerlo y aplaudirlo. Y esta Vuelta me parece un progreso importante respecto a aquella que muchos elogiaban llena de puertacos finales. Etapas duras de varios puertos como la de Andorra y la de Alba, etapas trampa como la de Riaza, una crono bastante llana de casi cuarenta kilómetros, que de haber habido más viento hubiese creado importantes diferencias, y esa etapa final que dejaba la posibilidad de dar vuelcos, combinadocon finales más explosivos como el de cumbres del Sol no son merecedores de una mala nota, sea mayor o menor e independientemente de las criticas que cada uno pueda hacer o sus preferencias con el recorrido.

Y si llega a estar Froome en carrera con tiempo perdido, hubiésemos visto una carrera espectacular con el británico intentando día a día y poniendo en jaque la carrera, me caben pocas dudas, y que de no haberse caído, en mi opinión, viendo que Aru no estuvo muy fino en Asturias y que en la crono le iba a caer tiempo, aunque el keniata creaba dudas, para mí, alguien que con una fractura en el pie, claramente tocado, fue capaz de recortar tiempo en Andorra el puerto de segunda y mantenerse en el puerto final solo contra todos, pues de haber estado bien hubiese hecho una carrera memorable. Pero no quiero entrar mucho en el mundo de la especulación y el subjetivismo, prefiero dedicar más a al análisis objetivo, si bien no voy a evitar dejar mi opinión.

Destacar el hecho de que aunque Quintana sufrió una leve enfermedad durante la carrera, especialmente el día de Andorra, en lo demás parece que asimiló muy bien el esfuerzo del Tour y para ser el primer año que dobla dos grandes seguidas apenas parece haberlo acusado y en un futuro lo podrá hacer con todas las garantías, pues tanto su crono en Burgos como su actuación en esta etapa de Madrid son propias de su mejor nivel.



Y  Purito merece mención especial, le caen palos por todos lados, a veces no ayuda con declaraciones como las del ultimo día criticando a Valverde por “quitarle” el maillot verde el último día, cuando debía ser una “fiesta” y cuando pocos años antes Mollema hizo lo mismo y Purito declaró que estaba enfermo y le hubiese gustado estar mejor para disputar, si, disputar (en el día de fiesta) ese maillot, pero ya digo,fuera a parte de cosas así, no puedo entender que se critique a un tío que con la  temporada que lleva este año, habiendo disputado a tope el Tour, y aunque fallase en la general. se llevó dos etapas, ganando País Vasco, estando en la pelea en las Ardenas, en San Sebastián, que todavía estará en el mundial y sin duda peleando la victoria en Lombardía, y es capaz de hacer segundo en una vuelta que tenia una larga crono llana, o al menos más llana que las anteriores ediciones.

Se dice que solo vale para muritos o para km finales, alguien que casi gana el Giro más duro y de más fondo de la Historia donde atacó en Mortirolo con todo un gigante Stelvio (que vale por toda la etapa de Madrid el sólo) por delante, que ganó la Volta por un ataque casi de salida con el malogrado y excepcional como persona y ciclista Xavi Tondo. Ya intentó un ataque de lejos en los muritos de la Sierra de Ayllón, en los pueblos negros de Guadalajara. No tenía fuerzas, eso no se le podía pedir, pero si en dos Km puede meter más que en un ataque lejano, aun sin estar bien, es lo que debe hacer, no le podemos pedir más, porque la Vuelta no acababa en Asturias como ya vimos.

Valverde igualmente se lleva palos por muchos aficionados y el día anterior, sin ir sobrado intentó sorprender varias veces sin conformarse con lo que pudiese sacar el la subidita final. Va a acabar de nuevo y ya son varias veces como mejor ciclista del mundo, y cuando no es el mejor es segundo o tercero. 

Todos los de arriba lo han dado todo y han buscado el mejor puesto posible acorde a sus fuerzas y en algunos casos arriesgando aun sin tener las suficientes fuerzas. Todos merecen un aplauso: Majka que se confirma como corredor que puede disputar pódiums de tres semanas, lo mismo Esteban Chaves, ciclistas con futuro.


Sobre si la etapa fue más etapón o menos se pueden argumentar muchas cosas a favor o en contra. Astana hizo lo que debía, meter gente en la escapada y dejar que cojan tiempo y buscar, como les pidió Purito dos días antes, un ataque más explosivo y no llevar la carrera dura, para así hacer más daño con ese ataque al líder, un líder con mucha gasolina, pero menos rompedor en la montaña si todos están frescos.


Contador en Fuente Dé buscó lo contrario, Purito es más explosivo que él y ese día todo fue muy rápido de salida y ganó la etapa el mejor. Los dos hicieron lo debido pero siempre parece más etapón en este segundo caso. Aquí ganó un soberbio Ruben Plaza al que ya dediqué una entrada, pero que merecería otra por está enorme gran cabalgada llena de clase y entrega, sin embargo  para mí (y que me disculpen los que así lo consideren) la etapa no entra en la épica al no haber nadie de la general que diese una exhibición. Están por encima etapas como la ya mencionada de Fuente Dé con la que abrí este blog,  como por mucho la exhibición de Andy camino de Galibier con la que seguí (aunque ahora la veo con otra perspectiva), o incluso las de Landa en Mortirolo y Finestre este año. 

En Madrid el que más se acercó a una exhibición fue el propio Landa, pero claro está, estaba fuera de la general y dejándose veinte minutos el día anterior, todo hay que decirlo. Se hizo lo que se debía, salió y vimos una gran etapa que todos recordaremos largo tiempo, eso es cierto y que no es fácil en la Historia de la Vuelta encontrar mejores. 

Nada que objetar a nadie, solo a Giant por pecar de inexpertos y no tener a nadie en la escapada, por cebarse el día anterior teniendo a dos corredores para ayudar a Dumoulin a sacar unos segundos en Ávila, cuando estaba claro que lo importante era tener gente en la Morcuera, bien de tu equipo o de otros, que eso siempre se ha hecho, por sí el holandés no podía seguir a Aru. De no ser así solo quedaba  que Dumoulín diese una exhibición aguantando a todo el Astana en un puerto que sin ser un puertaco no era el más propicio para alguien como él, o que Landa se limitase a cumplir y ya, no a darlo todo. Tenían gente como para en un grupo de casi cuarenta en una escapada hecha en el llano haber metido a alguien. Tom solo necesitaba una pequeña ayuda en la cima de Morcuera, nada más, pero sin ella le podía caer un mundo.

Dumoulin con la bici que le dio la victoria y el rojo en Burgos a su llegada al Hotel, en Av Reyes Católicos.

Pero con Tom Dumoulin ha nacido una estrella, un corredor que dará mucho que hablar. Necesitamos corredores como él, corredores de tres semanas que brillen en la crono y que se les pueda poner contra las cuerdas en la montaña por escaladores como Quintana, como Aru, como Landa, y también como Pinot, Bardet, Chaves,…la gran hornada de escaladores de su edad. Y que así podamos ver etapas tan buenas que nos levanten del sillón (aunque yo lo pase mal, debo reconocerlo si dejo las objetividades y soy sincero, pues empaticé mucho con Giant en su hotel, con los ciclistas, los auxiliares, acompañantes, viví sus alegrías y sus miedos de cara a Madrid), etapas como la que hemos vivido en esta Sierra que hizo el corte, etapa con la que sin duda los fans de Aru habrán vibrado, y los amantes del ciclismo en general disfrutado, y que merecía el recuerdo por parte de Patrimonio ciclista.